Nuestro lugar es firme como la tierra y está lleno de vida como la naturaleza, nos cuida y nos protege en su lecho la madre Terra. Nos fortalece cada paso que damos, cada esfuerzo sin importar el destino.
Nuestra belleza se refleja en el agua y nuestro interior es inmenso como el océano. Somos capaces de observar nuestra pureza y nos protege la vida del mar; conservando nuestro resplandor fuera del agua.